AMADA ES LA MUERTE
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Hágase de mí el vacío;
venza la quietud.
Toda paz sea tuya,
viva el silencio en tu nombre.
Rompa el acuerdo del Yo,
dónde existencia y razón de ser,
se desvanecen.
Triunfe la hora final
de todas las horas
y revélese la causa madre
de todas las causas.
Acállese todo honor y justicia;
libera, tú, oh muerte!
las cadenas y engastes
de una vida virtuosa,
y hazme igual a todos los hombres.
Hágase de mí el vacío;
venza la quietud.
Toda paz sea tuya,
viva el silencio en tu nombre.
Ascienda hasta ti la esperanza,
y el atajo de la liberación.
Toma por asalto el alma
y se puerto de mis dominios;
que conmigo muera la tristeza,
el desencanto,
el engaño y la traición.
Ascienda hasta ti la esperanza!
que conmigo mueran parajes yermos,
la soledad iracunda,
el cansancio acusador,
la sin razón del amor desterrado.
Ascienda hasta ti esperanza,
amada muerte liberadora,
que conmigo sucumban
las memorias de recuerdos pasados,
de esperanzas rotas,
y cada nombre que fue amado.
Yo te pido, amada muerte!
Hágase de mí el vacío;
venza la quietud.
Toda paz sea tuya,
viva el silencio en tu nombre.
Sábado, 30 de octubre de 2010
-Arcangel.
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Hágase de mí el vacío;
venza la quietud.
Toda paz sea tuya,
viva el silencio en tu nombre.
Rompa el acuerdo del Yo,
dónde existencia y razón de ser,
se desvanecen.
Triunfe la hora final
de todas las horas
y revélese la causa madre
de todas las causas.
Acállese todo honor y justicia;
libera, tú, oh muerte!
las cadenas y engastes
de una vida virtuosa,
y hazme igual a todos los hombres.
Hágase de mí el vacío;
venza la quietud.
Toda paz sea tuya,
viva el silencio en tu nombre.
Ascienda hasta ti la esperanza,
y el atajo de la liberación.
Toma por asalto el alma
y se puerto de mis dominios;
que conmigo muera la tristeza,
el desencanto,
el engaño y la traición.
Ascienda hasta ti la esperanza!
que conmigo mueran parajes yermos,
la soledad iracunda,
el cansancio acusador,
la sin razón del amor desterrado.
Ascienda hasta ti esperanza,
amada muerte liberadora,
que conmigo sucumban
las memorias de recuerdos pasados,
de esperanzas rotas,
y cada nombre que fue amado.
Yo te pido, amada muerte!
Hágase de mí el vacío;
venza la quietud.
Toda paz sea tuya,
viva el silencio en tu nombre.
Sábado, 30 de octubre de 2010
-Arcangel.
